El racismo y el estudio de APRA: los aportes de Nelson Manrique a la historia y las ciencias sociales (II)
En la entrega anterior, resalté los aportes de Nelson Manrique sobre la sierra central. Ahora, me centraré en sus estudios sobre la época del Conflicto Armado Interno (1980-2000), sus planteamientos sobre el racismo en el Perú y su trabajo relacionado con la historia del APRA. Antes de abordar estos temas, es importante destacar que Nelson Manrique formó parte de la corriente conocida como Nueva Historia Peruana, surgida en la década de 1970, que, según Paulo Drinot (2008), representó un cambio significativo en la historiografía peruana. Estos historiadores se alejaron de la narrativa tradicional centrada en personajes destacados y batallas, y, en su lugar, adoptaron enfoques diversos y metodologías innovadoras para estudiar diferentes grupos poblacionales. Esta nueva corriente se vio influenciada por eventos globales a nivel político como el Mayo del 68 y la Revolución Cubana, así como por los cambios en la sociedad peruana. Además, se nutrió teóricamente del marxismo althusseriano, de la Escuela de los Annales, de la historia social inglesa y de la teoría de la dependencia. Por último, dialogaron con las contribuciones de destacados intelectuales peruanos como José Carlos Mariátegui y Jorge Basadre
En el caso de Nelson Manrique, su trabajo está profundamente influenciado por su compromiso político. No es sorprendente encontrar que las ideas del socialismo y el marxismo desempeñan un papel fundamental en sus reflexiones sobre la realidad social, lo cual se evidencia en su contribución a la fundación de “SUR: Casa de Estudios del Socialismo” en 1986. Este espacio fomentó el debate sobre el socialismo y la reflexión social. En ese sentido, su obra se caracteriza por un análisis riguroso de temas relacionados con la democracia y los derechos humanos. Así, su enfoque académico revela un optimismo hacia las clases populares, y una dedicación por comprender y representar la construcción de la historia y la ciudadanía desde una perspectiva «desde abajo».
De acuerdo con Martín Santos (2002), durante la década de 1980, Alberto Flores Galindo, Gonzalo Portocarrero y Nelson Manrique sostuvieron que la sociedad peruana era racista. Argumentaban que el racismo era un elemento fundamental para comprender la indiferencia de las clases media y alta frente a los asesinatos de campesinos en la sierra peruana, así como el desprecio e inhumanidad de los miembros de Sendero Luminoso hacia sus víctimas. Estos autores, en su intento de comprender la violencia en el Perú, no se limitaron al marxismo, sino que incorporaron enfoques que abordaban aspectos culturales y emocionales. Mientras Portocarrero exploraba conexiones con el psicoanálisis, Flores Galindo y Manrique utilizaron conceptos de la Escuela de los Annales, como mentalidad, imaginario y larga duración, para analizar la situación.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
There are no comments
Add yours