12 de octubre: Día de todas las sangres
Desde el primer resplandor del alba, aquel 12 de octubre de 1492, el marinero Rodrigo de Triana, encaramado en la cola del mástil mayor de la carabela Pinta, oteaba, ansioso, la oscura e interminable superficie del océano Atlántico, sobre la que solo distinguía las siluetas en sombras de las carabelas Santa María y Niña. El día anterior la tripulación había visto varias aves desplazándose raudas hacia algún destino desconocido. Y eso quería decir que la tierra estaba cerca. Pero, ¿dónde?
Las tres carabelas habían partido el 3 de agosto de ese año del puerto de Palos de la Frontera, al sur de España. Estaban al mando de Cristóbal Colón, un navegante poseído por la idea fija de llegar a las Indias. Y desde allí, siguiendo el mismo rumbo, retornar al puerto de partida, puesto que para él la tierra era redonda.