Elecciones: una pausa en la tormenta
La noticia de que el Registro de Organizaciones Políticas, cumpliendo con la ley, haya dado de baja a 120 movimientos regionales por no haber alcanzado el mínimo de votos válidos en las elecciones de octubre pasado y que, como algunas universidades privadas, sólo tenían fachadas de cartón, eran huérfanos de ideas, programas, organización y liderazgos, no ha recibido la atención que recibió el menú de los congresistas. Siendo positiva la noticia, sin embargo, no significa que nuestro sistema político haya dejado la sala de cuidados intensivos, si la comparamos con la siguiente.
Las Elecciones Internas realizadas por primera vez el pasado domingo en once distritos rurales han sido un adelanto de lo que serían las elecciones con voto voluntario. Algunos insisten en plantear esto como una de las salidas, aprovechando del río revuelto que corre por el Congreso de la República. Como su nombre lo indica, a dichas elecciones sólo se convocó a los afiliados a los siete partidos y catorce movimientos regionales. Ellos presentarán listas para las Elecciones Municipales Complementarias que se realizarán el 2 de julio. Ahora bien, según el portal de la ONPE, de los 26,690 convocados, es decir, de los convencidos e inscritos en esas organizaciones políticas, sólo concurrieron a elegir a sus candidatos 795, es decir el 3 %. ¿Se imaginan que se apruebe una reforma constitucional que convierta al voto en voluntario y los próximos gobernantes y representantes sean elegidos por una exigua minoría del padrón?
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