Victoria inexistente
Escribe: César Hildebrandt
La señora sale a las 9 y pico de la noche y tiene cara de triunfadora, voz reinante, ínfulas regias. Le habla al país y parece que le hablara a alguna república alpina y feliz.
La señora cree que ha ganado. Otárola, que la modeló a semejanza de Keiko, la ha convencido de que esta vez Lima no cayó -como con los chilenos, como con los 4 Suyos- y que el gobierno tiene larga vida.
Gran error, señora. Esto va a seguir. Hay gente tan terca como usted y que está empeñada en sacarla de escena.
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